La Biblia es conocida como el conjunto de escritos que, desde el judaísmo y el cristianismo, es considerado de un elevado valor religioso por su contenido.
La palabra Biblia proviene del griego “Biblia” el cual es el plural de “Biblión” o “Librito”; por lo tanto, la Biblia es considerada como una pequeña biblioteca que contiene en su interior diferentes libros.
Esta pequeña biblioteca contiene dos grandes secciones, el Antiguo y el Nuevo Testamento. El Antiguo cuenta con 46 libros y el Nuevo
Testamento contiene 27 libros.
Durante los tiempos de Jesús todos los libros que formaban el Antiguo
Testamento ya eran reconocidos alrededor del mundo.
El proceso de consolidación del Nuevo Testamento fue diferente, para este, primero se reunieron las cartas de Pablo y posteriormente Mateo, Juan, Marcos y Lucas hicieron sus aportes con escritos que narraban lo sucedido con Jesús.
Los diferentes autores de los libros de la Biblia escribieron los textos en el lenguaje del pueblo al cual dirigían el mensaje en aquella época.
Por ello, los libros que conforman el Antiguo Testamento fueron escritos inicialmente en hebreo y arameo; y los del Nuevo Testamento, se escribieron en griego.
A partir de las lenguas iniciales, consideradas originales, se han hecho traducciones antiguas y modernas a diferentes lenguas en el mundo.
En el año 1900 existían 118 lenguas que contaban con la traducción de la Biblia. Con el tiempo esa cifra ha aumentado y para el 2004 era de 422 y 1.079 del Nuevo Testamento. Aún quedan muchas más traducciones por hacer, ya que en el mundo existen alrededor de 6.703 lenguas.
Según el Reporte de las Sociedades Bíblicas Unidas en 2005 los textos completos o parciales de la Biblia estaban disponibles en 2.377 idiomas.
Debido a que existían múltiples traducciones en latín de la Biblia y siendo ésta la lengua oficial del imperio romano, el Papa Dámaso decidió pedirle a su secretario Jerónimo que realizara una traducción única y oficial.
Jerónimo finalizó su misión en el año 400 y su traducción fue reconocida con el nombre de Vulgata, que significa “popular” o “común”.
Durante el siglo XIII se dieron a conocer algunas versiones en castellano provenientes de los textos originales y de las vulgatas.
Las traducciones del Antiguo Testamento más conocidas hechas por las comunidades judías españolas son: La Biblia Medieval Romanceada (siglo VIX), la Biblia del Alba (1422 – 1430) y la Biblia de Ferrara (1553).
Por su parte, las más reconocidas del Nuevo Testamento son: Francisco de Encinas (1543) y algunos libros de Juan Valdés y Juan Pérez de Pineda (1556 – 1557).
La Biblia contiene la historia de la salvación, se refiere a la relación de Dios con el hombre y a través de ella Dios se revela a sí mismo y manifiesta su voluntad a su propósito redentor.
Dios revela por medio de la escritura su poderosa acción en la historia humana, ésta se ve reflejada en la vida del pueblo de Israel.
La Biblia es considerada como un libro incomparable que constituye
un joya de la literatura.
Para los judíos y los cristianos su valor va mucho más allá ya que representa una inspiración divina debido a su tema principal, esto la convierte en el libro por excelencia, pues a través de él escuchan la voz de Dios y
están en contacto directo con él.
Es frecuente que quienes han experimentado el poder transformador de la Biblia en sus vidas se refieran a ella como la palabra de Dios, ya que gracias a sus enseñanzas sus vidas han cambiado a nivel individual, familiar y social.
Encasillarla en un solo género literario es complejo, ya que en ella encontramos características de diferentes clasificaciones literarias.
A lo largo de su contenido se encuentran narraciones de hechos históricos y relatos que son útiles como ejemplos y comparaciones, éstos son llamados parábolas.
La Biblia también contiene poesía y textos proféticos representados en forma de himnos y cantos.
En su interior es posible identificar leyes útiles para la vida personal y social, en especial para el culto y la instrucción moral y religiosa.
Además de lo anterior, en el Nuevo Testamento también se encuentran cartas escritas y dirigidas a iglesias y a grupos colectivos.
No existe un único escritor de la Biblia, fueron varios los autores de los libros de la Biblia y diferentes sus profesiones; algunos eran pastores, otros médicos, reyes, profetas, pescadores o recaudadores de impuestos, todo esto hace que exista una amplia pluralidad en los escritos.
Aunque en alguno de los libros se referencia directamente al autor, en otros casos la tradición atribuye la autoría a algunos escritores sin que su nombre este implícito en los escritos. Al conjunto de escritores le tomó alrededor de mil años escribir los textos bíblicos.
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