Este ha sido, con el correr de los años, una devoción bastante popular, principalmente en época de Cuaresma. Su objetivo se centra en el acontecimiento más importante de nuestra fe cristiana: la muerte salvadora de Cristo.
A través de una pedagogía bastante eficiente, haciendo uso de la reflexión, el canto, la oración y el simbolismo del “caminar”, el cual tiene como fondo el que podamos acompañar espiritualmente
a Cristo en su camino a la Cruz.
El Santo Viacrucis nos prepara para la celebración litúrgica de la muerte de Cristo, permitiéndonos así alimentar y afianzar nuestra fe.
Consta de 15 estaciones que representan un camino desde el momento en que ocurrió el hallazgo de la verdadera Cruz de Cristo. Destacan el camino que Cristo recorrió desde el huerto de Getsemaní y del Petrorio
hasta el Calvario.
Estando Jesús con las manos atadas y la corona de espinas en la cabeza, escucha a Pilatos decir: irás a la Cruz. Luego Pilatos se baña las manos
buscando así tranquilizar su conciencia.
Sobre los hombros de Jesús es colocada la Cruz, la cual sube
hasta el Calvario. Las manos que antes bendijeron a los niños
ahora deben sostener la Cruz con toda la fuerza de su amor.
Jesús había sudado sangre, había sido azotado y coronado con espinas, se encontraba muy débil y cayó al suelo por el peso de la Cruz que representa todos nuestros pecados. Los soldados lo hacen levantar lleno de polvo,
carga nuevamente la Cruz.
Jesús avanza cansado y débil, y de repente, su mirada encuentra el rostro de su madre, María. Ella lo abraza en silencio pues su corazón está inundado de dolor.
El cirineo regresa luego de trabajar en el campo, los soldados no quieren que Jesús muera en el camino, por eso llevan al cirineo a ayudarlo cargando la Cruz. Simón toma en sus hombros la Cruz manchada por la sangre y el sudor de Jesús.
Las personas ven pasar a Jesús condenado e inocente. Algunos sienten pena y otros experimentan miedo. Entre ellos una mujer se le acerca a Jesús y con un paño limpio le seca el sudor, la sangre y el polvo del rostro.
El Señor sube la empinada calle de la Amargura, lleva consigo el cansancio de toda la noche, los azotes, la agonía y las burlas. En la Cruz el peso de nuestros pecados es muy grande y Jesús cae nuevamente al suelo.
Un grupo de mujeres sostienen a sus bebés en brazos, contemplan y lloran al ver a Jesús condenado de forma injusta, el Señor al verlas les dice: No lloréis por mí sino por vosotras y vuestros hijos, ¿Qué será de ellos si están haciendo esto conmigo?
Aunque Jesús ve a lo lejos el Monte Calvario el agotamiento es tal que nuevamente cae al suelo. Sus pies están desgarrados, su cara está junto a las piedras del camino, eleva la mirada pero es incapaz de levantarse
por sí solo.
Jesús llega al Calvario, mientras algunos soldados alistaban la Cruz otros le quitan a Jesús su ropa. El señor se encuentra sin vestido y aguarda el momento
en que se reunirá con el Padre.
Un golpe tras otro va clavando con el martillo las manos y los pies de Jesús, dejando su cuerpo fijo en el árbol de la Cruz.
Teniendo sus brazos extendidos, como si abrazara al mundo, Jesús muere en el Árbol de la Cruz. Según el Evangelio, luego de inclinar la cabeza, Jesús expira. Sus enemigos creen que con su muerte Él ha fracasado.
Jesús es bajado de la Cruz dejándola con las señales de su sangre. La Virgen recibe su cuerpo maltrecho y recuerda el primer momento en que lo tuvo en
sus brazos luego de su nacimiento.
El cuerpo de Jesús es envuelto en una sábana y llevado al sepulcro que José de Arimatea ha prestado. Luego todos salen del lugar y colocan una roca en
la entrada. Al parecer, todo ha terminado.
El sepulcro de Jesús se encuentra vacío, las vendas están arrojadas en el suelo y varios de sus Apóstoles aseguran haber tenido encuentros con Cristo resucitado. Todo ello evidencia que el cuerpo
ha escapado de la muerte.
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