El Papa Francisco ha compartido con sus seguidores una oración muy sencilla, práctica y llena de amor. En ella le proporciona un significado a cada dedo de la mano y nos enseña hacia quienes dirigir nuestras plegarias.
El dedo pulgar es el más cercano a ti. Así que empieza orando por tus seres más cercanos. Ellos son las personas más fáciles de recordar. Orar por nuestros seres queridos es
“una dulce labor”.
Debemos orar por quienes enseñan, instruyen y sanan. En este grupo encontramos a los maestros, profesores, médicos y sacerdote. Ellos necesitan apoyo y sabiduría para mostrar el camino correcto a los demás. Tenlos siempre presentes en tus oraciones.
Nos recuerda a nuestros líderes. Ora por el presidente, los congresistas, los empresarios, y los gerentes. Estas personas dirigen los destinos de nuestra patria y guían a la opinión pública, por lo tanto necesitan la guía de Dios.
Aunque a muchos les sorprenda, es nuestro dedo más débil, como te lo indicará cualquier profesor de piano. Debes recordar orar por los más débiles, aquellos que tienen muchos problemas o que se encuentran postrados
por las enfermedades y necesitan tus oraciones. Nunca serán demasiadas nuestras oraciones por ellos.
Es el dedo más pequeño y es así como debemos vernos ante Dios y ante los demás. Como dice la Biblia “ los últimos serán los primeros”. Tu meñique debe recordarte orar por ti. Cuando ya hayas orado verás tus necesidades, la perspectiva correcta, y podrás orar de forma más efectiva
por las tuyas.
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